Amar sin límites: Día de la visibilidad pansexual y panromántica
Cuando me dijo que eran pansexual: aprendí que el amor no tiene límites.
La primera vez que escuché la palabra pansexual no fue en una clase, ni en redes sociales, ni leyendo algún artículo. Fue hace unos años, en una conversación casual, de esas que se dan entre amigues de confianza cuando Javi me dijo: "yo soy pansexual". Me quedé callado un segundo, no por incomodidad, sino porque no sabía exactamente qué quería decir. En ese momento no lo sabía, pero estaba a punto de aprender algo que me haría mirar el amor y las identidades de una manera más libre y bonita.
¿Qué significa ser pansexual?
Después de esa conversación me quedé pensando, y más tarde, por pura curiosidad —y también por respeto—, busqué información. Aprendí que la pansexualidad es una orientación sexual en la que una persona puede sentirse atraída emocional, romántica y/o sexualmente hacia otras personas, independientemente de su género o identidad de género.
En otras palabras, la atracción no se limita a hombres o mujeres, sino que se basa en cualidades individuales como la personalidad, los valores, la forma de ser. Lo que importa es la persona, no cómo se identifica
La palabra pansexual viene del griego "pan", que significa todos, y del latín "sexus", que significa sexo. Aunque no quiere decir que una persona pansexual sienta atracción por todo el mundo, sí significa que el género de la otra persona no es lo que determina la atracción.
Como me dijo mi amigo Javi esa vez: "yo me enamoro de la gente, no de sus etiquetas".
Y esa frase se me quedó grabada.
¿Es lo mismo que la bisexualidad?
Una de las primeras dudas que me surgió fue esa. ¿Es lo mismo ser pansexual que bisexual? La respuesta corta es no, aunque pueden parecer similares. Algunas personas bisexuales sienten atracción más allá del binario, y eso puede incluir a personas trans y no binarias también. Pero la pansexualidad se define por la posibilidad de sentir atracción sin que el género sea un factor relevante.
La diferencia puede parecer sutil, pero para muchas personas es importante. Y aunque desde afuera cueste entenderla, creo que lo más sano es escuchar cómo cada persona se nombra y por qué. Las etiquetas no son jaulas: son herramientas para expresarse y existir.
Escuchar a quienes viven esta experiencia
Hablando con más personas que se identifican como pansexuales, entendí que no es fácil vivir esta identidad en un mundo que apenas está empezando a reconocer otras formas de amar. Mucha gente sigue creyendo que es una fase, una confusión, o simplemente "querer llamar la atención".
Sam, de 23 años, me contó:
"Me di cuenta que era pansexual a los 20, pero no se lo conté a nadie hasta los 22. Me daba miedo que no me tomaran en serio. Pero ahora lo digo con orgullo, aunque a veces tenga que explicarlo desde cero. Ser pan es parte de mí. No es una moda, es real."
Testimonios como el de Sam son valiosos porque nos recuerdan que detrás de cada letra del acrónimo LGBTQA+ hay personas reales, con historias, luchas y mucha dignidad.
Mitos que hay que romper (y por qué no son verdad)
Durante este proceso de aprender, encontré varios mitos que siguen circulando. Acá van algunos de los más comunes:
- "Ser pansexual es que te gusta todo el mundo" → Falso. La atracción no es indiscriminada. Ser pan no significa que cualquier persona te va a atraer, sino que el género no es lo que define la atracción.
- "Es una fase" → No lo es. Como cualquier otra orientación sexual, puede descubrirse en diferentes momentos de la vida, pero no por eso es algo pasajero. Recordemos que nuestra identidad y orientación pueden variar y transformarse a lo largo de vida.
- "Es lo mismo que bisexualidad" → Aunque pueden parecer similares, no son lo mismo. Cada persona tiene derecho a nombrarse como mejor se sienta, y las etiquetas tienen matices.
- "Sólo quieren llamar la atención" → Falso. Querer ser visibilizade y respetade no es lo mismo que buscar atención. Es exigir un derecho básico: existir sin tener que explicarse o justificarse todo el tiempo.
Mirar el amor con otros ojos
Si algo me dejó esta experiencia es que todavía tenemos mucho que aprender sobre las identidades diversas. Y que la mejor forma de hacerlo es con apertura y sin prejuicios. Yo no soy pansexual, pero conocer a personas que sí lo son me ayudó a cuestionar ideas que tenía muy arraigadas sobre el amor, el deseo y las etiquetas.
Entender la pansexualidad me recordó que el amor no siempre se puede meter en una cajita con nombre fijo. A veces, simplemente se da. Y eso también es hermoso.


Sobre el autor:
Guillermo Matute Martínez
Es un hombre trans costarricense, activista transfeminista y presidente de Síwo Alâr Hombres Trans Costa Rica. Representa a su país en REDCAHT+ y trabaja por los derechos de personas transmasculinas, no binarias e intersex desde un enfoque anticolonial y comunitario.